Hubo un tiempo en el que los videoclips eran prácticamente ver al grupo/cantante en cuestión tocando. Con los 80 llegaron los colores, las luces estroboscópicas y cientos reflejos mediante espejos infinitos. Poco a poco los videoclips intentaron contar historias. A veces era la historia de lo que se cantaba y a veces no. Tras el efecto 2000, la difusión de internet y de la televisón, y la muerte de las abejas en el mundo, del horror anterior se pasa a un arte. El cual seguro se estudiará dentro de unos años en alguna carrera o similar de audiovisuales.
Así pues esto son los 5 crímenes para cualquiera que tenga ojos y pueda usarlos que he encontrado en un día de Navidad. No están todos los que son, ni deberían existir todos los que están.